blank

Evolución | XX Feria de la Boda de Salamanca

Toca mirar atrás, únicamente para ser consciente de la evolución que conlleva el trabajo constante cuando en cada momento das el máximo de ti.

Esta imagen reune mi paso por las tres últimas Ferias de la Boda de Salamanca. Compara lo máximo que pude hacer en cada uno de esos momentos. Entre la primera y la segunda fotografía hay justa y exáctamente dos años de diferencia y un salto abismal de trabajo, acabado y actitud.

Cuando diseñé el primer Stand lo hice lo mejor que podía hacerlo en aquel momento. Soy fotógrafo y diseñador, no carpintero, y aunque sobre el papel o la pantalla puedo crear  cualquier cosa después lo tenía que llevar a cabo prácticamente sin medios ni recursos. Tras incontables horas dándole vueltas al diseño y a la forma de construirlo en madera he de admitir que la idea inicial se me fue de las manos. Era inviable llevar a cabo todo lo que había diseñado en el tiempo que tenía. He de admitir que a un día y medio de la inauguración de la feria me pudo la presión y tuve un momento en el que me vine abajo. He de dar las gracias a mis amigos que me supieron calmar y hacer reaccionar. No había tiempo que perder, hice una serie de modificaciones y lo conseguimos terminar a tiempo para el comienzo de la feria. Había hecho todo lo que estaba en mis manos, y el resultado, aun no siendo exactamente como lo diseñé, superaba las expectativas.

Un año después volví a participar en la misma feria, con la diferencia de que en ese momento estaba viviendo en Madrid y los amigos que me ayudaron el año anterior estaban desperdigados por toda España (y alguno en Londres). A eso había que sumarle el inconveniente de no tener casa en Salamanca. Recuerdo que cuando confirmé mi participación en la feria comencé a pensar formas de hacer un stand modular que pudiese llevarme ya hecho en una furgoneta desde Mérida, pero no era viable. Finalmente me dije a mi mismo que no iba a pensar absolutamente NADA hasta que empezase Enero, que iba a disfrutar de las navidades con mi familia en Mérida. Así fue. La noche de año nuevo hice click y rediseñé por completo el stand. La experiencia anterior me hizo aprender de los errores que cometí y pude pulir varios detalles. Llegué a Salamanca un Martes por la mañana, la feria empezaba ese mismo Viernes. Todo a contra reloj, pero muy bien organizado, llegó la hora de la inauguración y todo estaba listo. En esos tres días pude notar cómo había cambiado todo, y no me refiero al nuevo diseño del stand, sino a cómo había cambiado yo en ese año. Cómo no sentía los nervios que me carcomían el año anterior, la calma y la seguridad con la que daba cada paso, y aquella actitud de confianza plena en lo que estaba haciendo. La feria fue un éxito, pero ahora mismo, si lo miro con perspectiva, lo que creo que es más importante es que entonces también hice todo lo que estaba en mis manos y no creía que pudiese hacer nada más.

Este año he actualizado el diseño del año anterior, cambiando todos los materiales y las dimensiones, siendo prácticamente tres veces más grande. Esta vez no he tenido que pintar absolutamente nada y además he conseguido diseñarlo de manera totalmente modular y reutilizable. Obviamente he tenido que invertir mucho en ello, pero no concibo progresar sin invertir cuando es necesario. Y he de admitir que se nota en todo. Aún guardo con cariño aquel taladro de 9,90€ que había que utilizar en una posición específica para que hiciese contacto y funcionase, además de perder el portabrocas cuando cambiabas la dirección del giro y te dejaba totalmente tirado, de la misma manera que guardo aquel pequeño serrucho que para no desfallecer en el intento nos turnábamos para ir cortando en ángulo de 45º los listones de pino. Pero obviamente no tienen nada que ver con las herramientas que utilizo ahora que me hacen ganar todo ese tiempo que necesito para poder complicar cada vez más el diseño de la estructura y terminar dentro del plazo. De hecho este año iba bastante bien de tiempo, y por ello mismo a última hora decidí hacer unos cambios de materiales que me supondrían más inversión y menos tiempo, pero para mi era totalmente necesario hacerlo para no torturarme después diciéndome que podría haberlo hecho mejor. Así lo hice, y como mi santa madre dijo públicamente, apuré hasta el último segundo, y sí, fui el último.

Recuerdo cómo bromeaba con mis amigos diciendo que para la próxima feria iba a tener que poner una máquina de humo y luces láser para superarme… qué equivocado estaba. Este año me he dado cuenta de que siempre se puede mejorar, que hay que hacer siempre el máximo esfuerzo, que así poco a poco iremos avanzando a niveles que previamente no concebimos. Yo realmente pensaba que mi primer stand era increíble, que el segundo era perfecto e insuperable, que este tercero es lo más que puedo dar de mi mismo. Pero no es así. El primero era mi máximo de hace dos años, el segundo era todo lo que puede dar de mi mismo hace un año, y el último es el reflejo de todo lo que soy capaz de hacer ahora mismo. No tengo la más mínima idea de cómo será el próximo, ahora mismo no puedo imaginármelo porque todo lo que se me ha ocurrido lo he hecho. Dejaremos ver cómo avanza este nuevo año, cómo mi visión cambia gracias a todo lo que me rodea y a ver en qué punto me encuentro dentro de un año.

Evolución-stand-2016

01

02

03

04

05

06

07

08

09

0 Comments
Share Post
No Comments

Post a Comment