Una de las cosas que más me gusta de hacer fotografía de boda, más allá del torrente de emociones que rodea a un día así, es el hecho de presenciar cómo dos personas no solamente pasan a ser una, sino que la mayor parte de las veces es el momento en el que comienzan a ser y a forjar una nueva familia. En los últimos años he tenido la suerte de ver cómo muchas de dichas familias crecían. No os imagináis la ilusión que me hace conoceros antes de la boda, cuando aún estáis preparando todo y aún queda un año o dos para decir el «sí quiero». Tampoco sabréis cómo me gusta ver vuestras caras ese día, reírme y llorar con vosotros entre momentazos y bromas… ¿pero esto? ¿Ver como vuestra familia crece? No podría describirlo.

 

Este es el caso de Estefanía, Carlos y Mini Carlos. Conocí a Estefanía dos años antes de que se casase con Carlos. Dos años dan para mucho, no sólo para preparar los mil y un detalles de su súper boda, sino para conocernos mucho y muy bien. No voy a decir nada de su super boda, habría que súper darle de comer a parte, y esta entrada no es de boda, ni es de postboda, bueno, tecnicamente sí, pero no, ya me entendéis. Esta entrada es de embarazo, de la sesión prepapis de Carlos y Estefanía.

 

Cuando Carlos y Estefanía llegaron al estudio, Eliška les preguntó qué tipo de fotografías tenían en mente, para organizar la sesión en base a un tipo de fotografía u otro. Se miraron y respondieron que simplemente querían que yo les hiciese fotografías de embarazo, como yo quisiese, que confiaban plenamente en mi. En serio, no os imagináis la ilusión que me hace cuando me decís eso… pero bueno… para no irme de nuevo por las ramas… ¡e aquí el resultado de su confianza en mí!

 

Dave Casanova