¡Las fotografías de comunión diferentes existen!

Nuestro mayor afán no es hacer fotografías extremadamente recargadas en las que vuestros hijos lleguen a camuflarse involuntariamente. Tampoco queremos hacer ese tipo de fotografías de comunión de las que todos nos hemos avergonzado en algún momento cuando nuestros padres han querido enseñarlas a las visitas años después. Lo único que queremos hacer, lo único que buscamos, y lo único en lo que nos enfocamos, es en hacer fotografías de comunión diferentes.

 

Diferente es un término muy manido, y aún cuando todo el mundo lo usa indiscriminadamente hasta para vender detergente, nosotros recurrimos a él para intentar devolverle su significado más básico. No queremos ser diferentes por exceso de de atrezzo, decoración ni efectismos. Huimos de la extravagancia para quedarnos con lo más sencillo y lo único que importa. Los protagonistas de nuestras fotografías de comunión, tus hijos.

 

 

Como ya habrás leído en la información de comuniones, para nosotros lo más importante es que cuando veas las fotografías de comunión de tus hijos puedas verlos a ELLOS. Sí, ELLOS, con mayúsculas, porque cuando mires sus fotografías de comunión tienes que poder verlos y reconocerlos. Y obviamente no nos referimos a que puedas reconocerlos físicamente. Muy mala tendría que ser una fotografía de comunión en la que no pudieses reconocer físicamente a tus hijos. No, nos referimos a una en la que puedas apreciar parte de su personalidad. Porque, si tus hijos están todo el día corriendo y riendo, ¿de qué te sirve una fotografía en la que salgan serios y juntando las manos como un ángel si no tienen ese brillo en la mirada que les da vida cuando se sienten cómodos y son felices?

 

 

Las fotografías de comunión diferentes existen, y son como las del reportaje en estudio de Julia. Estas fotografías no son diferentes por nuestra particular y peculiar paleta de colores, ni por nuestros decorados. Estas fotografías son diferentes porque hemos conseguido captar gran parte de la esencia de Julia en sus fotografías, y cuando nosotros, al igual que sus padres y sus familiares, las vemos, sentimos que realmente estamos viendo, con mayúsculas, a JULIA.